WOLF es una banda con más de 20 años de trayectoria y que quizás no ha trascendido todo lo que debería haberlo hecho. Con sus raíces fuertemente agarradas en el metal de los 80 WOLF nos trae aquella esencia con un sonido moderno y fresco. Con motivo del lanzamiento de su último trabajo “Shadowland” tuvimos oportunidad de conversar con su cantante y guitarrista fundador. Como él mismo dice: “si les gusta el heavy clásico y han escuchado todos los discos entre 1975 y 1985, entonces WOLF es para ustedes”. No se pierdan esta breve pero interesantísima nota.
MD: – Hola ¿cómo estás? Muchas gracias por tu tiempo, es un placer tenerte con nosotros.
Niklas Stålvind: – Gracias, el placer es todo mío.
MD: – Son Originarios de Orebro, una ciudad bastante pequeña, con no mucho más de 100.000 habitantes. ¿Cómo fueron aquellos años? ¿Que nos pueden contar de los comienzos, sus primeros pasos fueron en el año 95, cerca del final de era dorada masiva del Heavy Metal, en donde Guns y Metallica eran referentes máximos? ¿Cómo y por qué surge WOLF? ¿Podrás hacer un poquito de historia para nosotros?
NS: – Había una escena rockera local con muchas bandas que simplemente tocaban lo que sonaba en ese momento: pop-rock, punk, hardcore, etc. Si alguna banda hacía metal era death o thrash. Creo que la única banda que realmente llegó a algo eran los skaters/punk MILLENCOLIN. GUNS N ROSES y METALLICA (risas)…recuerdo eso! En fin, siento que no encajaba en los 90s, pero quería formar una banda y no sabía con quién. Hice algunas audiciones para bandas locales, pero no estaban interesadas y debo decir, que en realidad yo tampoco lo estaba. Haciéndola corta, encontré a un “tonto”, Mikael Goding, que tocaba el bajo y que, como yo, no había tenido suerte con ninguna banda. Jamás pensé que era un buen músico, pero al menos compartíamos las bandas favoritas de cada uno: IRON MAIDE, BLACK SABBATH, JUDAS PREST, ACCEPT y todo ese material excelente de los 80s que, en ese momento, se consideraba de mal gusto. Así fue como formamos una banda junto un baterista e hicimos todo lo que pudimos por tratar de no sonar mal. Cuando escribí “In the Shadow of Steel” y “Electric Raga” ambos supimos que eso era lo que queríamos hacer. El baterista estaba más en la onda de METALLICA y nos dejó, pero nosotros seguimos adelante componiendo en esa misma línea y ese fue el comienzo de WOLF.
MD: – Está claro que el estilo de la banda roza el Metal Old School, también tiene tintes de Power, pero, aun así, y siendo estos estilos, ya legendarios, la banda tiene una beta moderna en el Audio que es realmente increíble y la producción del último trabajo es exquisita. ¿Cómo se hace para mantener la esencia clásica, sin perder el color musical de la banda, y sonar moderno al mismo tiempo?
NS: – Jamás intentamos que una producción nuestra sonara a 1984 o de escribir canciones que sonaran old school. Simplemente escribimos canciones que nos gustaban y tratamos de grabarlas lo mejor posible en busca de un buen sonido. Nunca quisimos ser una banda retro y creo que por eso suena tan fresca nuestra música, a pesar de estar basada en el metal de comienzos de la década del 80. Y así como te digo esto, también te digo que tampoco intentamos nunca sonar modernos. No vas a escuchar nunca violas sobre distorsionadas o baterías sampleadas en WOLF. No estaría bien. El disco lo produjo nuestro guitarrista, Simon Johansson, en su nuevo estudio Solna Sound Production. Estoy sumamente conforme con el resultado.
MD: – En el vídeo de “Dust”, se puede observar durante todo el transcurrir a una persona, en principio con la cabeza tapada y luego solo con los ojos vendados, pero siempre encerrado. Parece una foto de los tiempos que corren, en donde hay tanta controversia. ¿Porque decidieron darle ese marco al corte adelanto del disco que, casualmente, es el tema que abre el mismo??
NS: – Creo que “Dust” en una gran apertura para un disco de WOLF. Una canción rápida con los elementos típicos nuestros y, además, siento que tiene esa onda de “¡los lobos han vuelto!” y por eso la propuse como primer single y video. Mi idea inicial era hace un video con una presentación simple de la banda tocando, pero cuando filmamos el video, Daniel Wahlström, el director, sugirió la idea de ponerme a mí como un prisionero encapuchado. ¡No sé de dónde vino esa idea, pero me gusto! Me gusta tu interpretación, aunque tengo la mía propia. Es música y como todo lo que hacemos, creo que debe estar abierto a diferentes perspectivas e interpretaciones personales.
MD: – El Track número 8 lleva el nombre de Rasputín, conocido también como el Monje visionario, el profeta o el Sanador Místico. ¿Cómo y por qué decidieron traerlo y citarlo en este track? Que, por cierto, es uno de los que más se disfruta dentro del álbum
NS: – Me interesa la historia porque siempre quiero conocer la verdad detrás de todo. Lo que sucedió en el pasado es lo que dio forma al mundo de hoy y quiero saber y entender. Soy uno de esos tanto estúpidos que elegirían la píldora roja para averiguar la verdad y ser miserables en vez de la azul para seguir viviendo en un mundo de fantasía (risas). Volviendo al tema, me pareció muy interesante la historia del Monje Visionario y la familia de Tsar. Una historia demasiado Buena para ser real, es más, creo que ha de haber sido condimentada con el tiempo por los historiadores para que resulte más atrapante y entretenida. Quién sabe, ¿no? Si escuchás atentamente a la canción vas a notar que esta cantada desde la perspectiva de la emperatriz Alejandra.
MD: – Han realizado Tour junto a TRIVIUM, una banda bastante Joven de estilo muy moderno, extremo y progresivo por momentos. ¿Qué nos pueden contar de esa experiencia? ¿Cómo los recibió el Público?
NS: – Fue genial! Si no me falla la memoria tuvimos muy buena convocatoria para esos shows y creo que mucha de esa gente realmente fue a ver a WOLF. Si no me equivoco creo que a los TRIVIUM les gustó lo que hacemos, sobre todo, el material perteneciente a “The Black Flame” y el guitarrista me dijo que siguiéramos editando material de ese estilo que era increíble. Pero no compartimos mucho tiempo con ellos, creo que esa fue la única vez, de hecho, que hablé con alguno (risas).
MD: – Hay algo que me parece increíble, y es que en Suecia no dejan de surgir nuevas y excepcionales bandas todo el tiempo. Y no es solo eso, sino que además el rango de estilos es muy diverso yendo desde el Punk (MILLENCOLIN) al hard rock (HARDCORE SUPERSTAR) al metal moderno (AMARANTHE) y toda la ya consagrada escena del Death Melódico. Desde tu perspectiva ¿Qué es lo que sucede en Suecia?
NS: – Pienso que hay varias razones que mantienen vivo este flujo constante de bandas y música desde Suecia. Allá arriba, en el norte, está mayoritariamente frío y oscuro gran parte del año; y muy aburrido también. Por eso, si no practicás deportes, solo queda la música. Al menos así era cuando yo era joven y los chicos no pasaban mil años frente a una pantalla. Había solo dos canales estatales y a las 22hs se cortaba la transmisión y no quedaba nada más para ver más que “la guerra de las hormigas” (risas) como le llamábamos en esa época a pantalla llena de puntos negros y blancos. Los negocios estaban cerrados los domingos y los feriados…la vida era simple y aburrida y el aburrimiento es genial para la creatividad.
También tuvimos el fenómeno ABBA y EUROPE que inspiraron a cientos de suecos para que se volcaran a la música.
Por otro lado, había clases gratuitas de música en el colegio y ayuda con becas para aquellos que quisieran estudiar algún instrumento. Cuando crecías, había un Sistema de educación autodidacta para el cual también podías recibir cierta ayuda del estado. Muchas bandas utilizaron este Sistema y lo siguen haciendo. Inicialmente fue una idea para ayudar a los trabajadores de fábricas, que solo tenían 6 años completes de colegio, para que puedan completar su educación por su cuenta y luego explotó en todo lo referido al estudio de la música o cualquier forma de arte.
Finalmente, también tuvimos la Guerra fría. Eso implicaba que había un montón de bunkers y refugios antibombas construidos y abandonados que se convirtieron en excelentes lugares para crear salas de ensayo. Entonces, en caso de una Guerra nuclear, la gente tendría un montón de guitarras para ir tocando por ahí entre los bunkers (risas).
MD: – Niklas, eres un cantante con un gran registro, con ciertas referencias a los legendarios del Heavy Metal, pero con tu estilo personal bien marcado. ¿Cuáles son tus referentes e influencias dentro del estilo (o fuera de él)? ¿Cuándo y por qué decidiste dedicarte al canto?
NS: – Originalmente solo quería tocar la guitarra y estábamos buscando cantante. Pero encontrar un cantante de hard rock/metal en el estilo de Bruce Dickinson o Michael Kiske era como encontrar un bandoneonista en Suecia. Así que empecé a cantar hasta que encontráramos el tipo correcto, pero pronto me di cuenta de que había algo dentro mío que necesitaba salir a través de mi voz y desde entonces canto. Diría que mi mayor influencia cuando empecé era Rob Halford. Hay algo en su voz que me pega directo en el corazón cada vez que lo escucho. Luego están Bruce Dickinson, Paul Dianno, Udo Dirkschneider, Ronnie James Dio, Midnight, Ozzy Osbourne, Warrel Dane, Mark Boals… y la lista sigue y sigue. Lo que todos ellos tienen en común es que justamente no tienen nada en común. Cada uno de esos cantantes es único; no hay nada genérico en ellos. Mark Boals es un caso interesante ya que es, probablemente, el único de la lista que estudió música y una técnica impoluta. Creo que podría cantar directamente viendo una partitura y nada más. En cuanto a cantantes fuera del mundo del metal, hay muchos. El que realmente se destaca es el cantante de ópera (sueco) Jussi Björling. Para mí, él era el Rob Halford de la ópera. Invito a todo el mundo a que lo busque y lo escuche; realmente tiene esa cosa melancólica de Suecia en su voz también. ¡Incluso Pavarotti lo ha recomendado, y eso es un montón!
MD: – Se dice que el Metal, y el Rock, están en decadencia, incluso gran parte de las nuevas generaciones parecen dar vuelta la cara e ir hacia otros estilos. Pero, aun así, cada vez que existe un evento enmarcado dentro del rock duro y sus derivados, la convocatoria es inmensa. ¡Pensemos en Lollapalooza por ejemplo! Suena un poco contradictorio ¿verdad? ¿Qué visión tienen ustedes con casi 30 años de carrera en sus espaldas?
NS: – El Rock aún está entre nosotros y creo que por mucho tiempo. Sin embargo, hay mucho más que música compitiendo por la atención de los jóvenes. De hecho, me asombra que haya tantas bandas jóvenes. Se necesita mucha dedicación, disciplina y tiempo para aprender cualquier instrumento musical y con todas las distracciones y gratificaciones instantáneas que enfrentamos hoy en día, realmente es asombroso que alguien quiera aprender a tocar un instrumento. Debe haber alguna profunda necesidad interna en los humanos de expresarnos artísticamente y quizás esa sea la razón por la cual el rock nunca morirá.
MD: – Para terminar, si tuvieran que invitar al público argentino que pueda no conocer la banda a que la escuchen. ¿Que podrían decirle cómo introducción para explicarles de que se trata Wolf? ¿Cuál sería la primera canción o el primer álbum que sugerirías y por qué?
NS: – Bueno si les gusta el heavy clásico y han escuchado todos los discos entre 1975 y 1985, entonces WOLF es para ustedes. Imaginen como sonaría el heavy metal si hubiese seguido desarrollándose sin los 90s; eso es WOLF. En primer lugar, sugeriría que escuchen el último disco “Shadowland”, el cual creo, honestamente, es de lo mejor que hemos hecho. Luego que escuchen dos de mis favoritos “The Black Flame” (2006), el disco que definitivamente personificó el estilo y el sonido de WOLF. Y, para los más old school, “Black Wings” (2002), nuestro Segundo álbum. ¡¡Tiene esa energía agresiva y especial que solo se puede lograr cuando sos joven y estás contra el mundo!!