MACHINE HEAD en vivo en Argentina: “El amor por la música”

 

Fecha: Miércoles 25 de octubre Lugar: Teatro Flores Ciudad: C.A.B.A. Hora: 20:30 Banda Invitada: HUESO

 

Si alguien fuera exigente, lo primero que podría decir de esta nueva visita de MACHINE HEAD a la Argentina es que, respecto al 2015, donde también se dio en el Teatro Flores, la propuesta de la banda fue demasiado similar, teniendo en cuenta que, tanto en un caso como en el otro, compartieron el mismo lema (“Una tarde con Machine Head”) e incluso empezaron y terminaron con las mismas canciones “Imperium” y “Halo”. En el medio también hubo un espacio para la versión de IRON MAIDEN de “Hallowed Be Thy Name” (con una graciosa intro de “All the small things” de BLINK 182, luego de “ofrecer” tocar canciones de METALLICA, SLAYER y de los mismos IRON MAIDEN) y, obviamente, sonaron clásicos de los dos mejores discos de la banda Burn My Eyes (“Davidian” y “Old”) yThe Blackening (“Aesthetics of Hate” y “Halo”) junto a otros imprescindibles como “Ten ton Hammer” del disco Supercharger, lo que seguramente hace pensar que los estadounidenses solo intentaron repetir un show que hace ocho años había sido uno de los mejores momentos del año, más allá de que cada una de las versiones de estos temas sonaron aún más pesadas y violentas que sus versiones originales (incluso llevando la canción de MAIDEN hacia un lugar más crudo y pesado jamás explorado por los ingleses).

Lo cierto, es que esta nueva encarnación de la banda comandada por el eterno Robb Flynn, es bastante distinta a la de aquel año. A la continuidad de Jared MacEachern en bajo, quien está en la banda desde el 2013, se sumaron el polaco Wacław “Vogg” Kiełtyka en guitarra y Matt Alston en batería, con la participación del también guitarrista de los polacos DECAPITATED en la composición de Of Kingdom and Crownel primer disco conceptual del grupo lanzado el año pasado. En vivo, la presencia del polaco fue trascendental. Más allá de que Flynn es un guitarrista impecable (mucho más que un simple guitarrista rítmico), su ladero le dio a cada canción una fuerza y una potencia increíbles, obligando a una prolijidad admirable. En este punto, fue un verdadero lujo verlos construyendo riffs de manera conjunta y haciendo pasajes de guitarras gemelas ¡utilizando el tapping! Sin lugar a dudas, el trabajo de guitarra junto al manejo del escenario de Robb fue lo mejor de la noche. 

La buena recepción del Of Kingdom… seguramente haya hecho que Flynn decida que cinco canciones del disco (“Choke on the Ashes of Your Hate”, “Become the Firestorm”, “Unhallowed”, “No Gods, No Masters” y “Slaughter the Martyr”) encontraron lugar en una lista de ¡21 canciones y dos horas y cuarto de duración! con una calidad infrecuente. Quien esté leyendo esta crónica pensará que la banda empleó los artilugios que se suelen usar para hacer un show más largo entre los que se encuentran hacer participar al público, poner un solo de algún instrumento o presentar cada uno de los temas. Aquí esas cuestiones aparecieron, pero en momentos muy específicos, al punto que, pasada la primera hora del show, Robb solo se había comunicado con sus canciones. En este sentido, el objetivo de la banda fue claro: hacer un recorrido de toda su discografía con una intensidad y una pericia pocas veces vista, algo que se percibió sin exagerar en cada una de las canciones del show.

Respecto a las mencionadas de Of Kingdom… ubicadas estratégicamente a lo largo del set, fueron las encargadas de mostrar la impecable habilidad que ha logrado la banda en sus últimos discos para intercalar furia con melodía a través de intensos pasajes instrumentales. Con cierto aire épico y con el interesante aporte de MacEachern en los coros, cada una de ellas dio cuenta que hoy la banda, desde lo instrumental, es una verdadera máquina de producir riffs, armónicos y melodías de guitarras gemelas con la prolijidad y el profesionalismo de un grupo que está a la altura de tocar en cualquier estadio por su despliegue y por el manejo que tiene, en especial Flynn (pero que el grupo en su totalidad acompaña y potencia), de las distintas intensidades de un show para lograr dinámica y no aburrir al público.

Más allá que el sonido no haya sido tan nítido como puede esperarse (la batería y las voces estaban bastante altas en la mezcla) y que, sorprendentemente, el Teatro no luciera lleno (seguramente debido a la crisis económica que estamos atravesando) la sensación a lo largo del set fue que la banda no solo salió a tocar sus canciones, sino que hizo un show disfrutable tanto para fans como para quienes no conocen toda su propuesta. Tal vez por eso canciones con un sonido más ligado al new metal como “From This Day” y en especial de “The Blood, the Sweat, the Tears” fueron tocadas con particular energía y recibieron una gran respuesta de un público que no pareció reticente a que la banda presente una época que en algún momento fue muy criticada por sus fans más ortodoxamente metaleros.

En este contexto, en un set donde la banda tuvo momentos más oscuros y melódicos como “Darkness Within”, mezclados con momentos de furia riffera y complejidad técnica (francamente es increíble la capacidad de Robb Flynn de tocar riff con una complejidad imposible y cantar sobre ellos) como “Locust, “Now we die” o “Catharsis” el cierre de la noche con “Halo” con un mensaje positivo de Flynn respecto al poder de redención de la música, fue el broche final de una banda que demuestra en cada presentación su amor por la música y sus ganas de tocarla. En tiempos de músicos aburridos y shows repetitivos lo de MACHINE HEAD es una verdadera caricia al fan con una ética y una profesionalidad envidiables. Bien por ellos.

Texto: Carlos Noro
Fotos: Estanislao Aimar
Agradecemos a HP Prensa por la acreditación al evento.
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