SEPULTURA & DEATH ANGEL en vivo en Argentina: “El thrash no murió”

 

Fecha: Domingo 21 de abril de 2024 Lugar: Teatro Flores Ciudad: C.A.B.A. Hora: 20:00 hs. Banda invitada: REINARÁ LA TEMPESTAD

 

A diferencia de otros subgéneros que presentan un público cambiante, el thrash metal sigue teniendo una convocatoria que da cuenta de que hay un sector importante de fanáticos, que sigue enamorado de la música veloz y riffera que propone el género. Noches como estas dan cuenta de que ese amor en Argentina sigue intacto.

REINARÁ LA TEMPESTAD fue la banda encargada de abrir la noche y fue justo que fueran los elegidos. Su formación con Hugo Benítez en voz, Eddie Walker en bajo y Gabriel “Ganzo” González en batería, quienes fueron miembros originales de HORCAS, suma a Jorge Moreno en guitarra (toda una referencia contemporánea del género en SERPENTOR) y esta vez incluyó a Maximiliano Escobar, también otra referencia clave desde la perspectiva más técnica del género con MALICIA. Su presencia en reemplazo de otro ex HORCAS, el legendario Oscar Castro, por cuestiones de salud, fue una buena decisión principalmente, porque mantuvo la idea de que el grupo es una especie de dream team del under argentino si pensamos la historia de cada uno de los integrantes.

En este contexto con un sonido sucio y potente, canciones como “Azotes del mundo” (presentada por Benitez como una canción vigente porque “nos hacen mierda de todos lados”), “Solución Suicida” y “Muerto en la calle” (con un pequeño desacople en el arranque que causó la risa de los integrantes) fueron algunos de los momentos que, más allá de la exigencia que tienen las canciones a nivel vocal, mostraron al grupo en un gran nivel interpretativo. Se fueron aplaudidos, principalmente porque la gran mayoría del público cantó sus canciones. Eso es un valor que nadie puede quitarles.

En una situación casi insólita, porque no suele pasar con casi ninguna visita internacional; luego de quince minutos de terminado el show del aporte argentino en el festival, los primeros acordes acústicos de “Lords Of Hate” introdujeron la segunda visita de DEATH ANGEL a Argentina. Esta canción y la siguiente, “Voracious Souls” sirvieron rápidamente para dar cuenta de algunas de las virtudes de una de las leyendas de la Bay Area de San Francisco. La primera característica, es que su propuesta no está totalmente expresada en la velocidad omnipresente como otras bandas del estilo, algo que se pudo observar en la impronta heavy de la primera canción y en el machaque “crossover” de la segunda. Esto se sostuvo fundamentalmente en el impecable trabajo de cada uno de los integrantes dispuestos a que sus canciones no vayan, necesariamente, por los carriles esperados.

En este punto, “Seemingly Endless Time” (única canción de “Act III” para muchos el disco clásico del grupo) fue un ejemplo claro de esto: entre la velocidad y el riff groovero, la respuesta del público, que se mostró muy enganchado y generando pogos de manera omnipresente en cada una de la canciones, dio la pauta de que los estadounidenses han tenido una perspectiva del thrash, que por sobre toda las cosas, tiene una originalidad pocas veces vista en cuanto a dinámica y complejidad de las canciones; algo que, al menos en nuestros país, es una característica evaluada como positiva e invita al pogo implacable.

La presencia de temas como “Buried Alive” con su ritmo machacante o la cuasi hardcore, “I Came For Blood”, fueron ejemplos de la variedad de sonoridades de una banda que tuvo durante todo el set una ejecución impecable. Así es que los sólidos e incansables aportes de Damien Sisson en bajo y de Will Carroll en batería, supieron sostener otro de los grandes puntos fuertes de los oriundos de San Francisco California: el trabajo de guitarras. Canciones como “The Dream Calls for Blood” o “Humanicide” fueron ejemplos claros de la extraña habilidad de Rob Cavestany y Ted Aguilar, para sumarle a los yeites propios del thrash pequeños arreglos inesperados para el oyente avezado del subgénero. Fue en esos momentos, en donde las canciones sonaron frescas por su carácter sorprendente e inesperado, sin dejar de surcar caminos veloces y extremos característicos de la propuesta de la banda.

Otros de los puntos fuertes del show, construyendo sin exageración la mejor actuación de toda la noche, fue el desempeño de Mark Osegueda en cada una de las canciones del set. El también cantante del nuevo proyecto de KERRY KING demostró, con visible buen humor, por qué es uno de los vocalistas más hábiles del género, pasando por momentos agresivos como en la genial “The Moth” (con un inconfundible vínculo sonoro con MACHINE HEAD) y utilizando toda su habilidad para mostrarse como un cantante heavy melódico y filoso en estupendas versiones de “The Ultra-Violence / Mistress of Pain”. Con una sincera y bien recibida interacción con el público en diferentes momentos del set, repitió varias veces que lamentaba no haber vuelto antes a la Argentina, algo que tal vez haga que el grupo regrese antes de lo esperado. En este sentido, luego de pedirle al público presente que demuestre su amor por el thrash y presentarse como “Somos DEATH ANGEL de San Francisco y hacemos thrash fuckin´ metal” una violenta versión de “Thrown to the Wolves” con uno de los pogos más extremos de la noche, cerró un show perfecto donde banda y público dieron todo. Una verdadera lección en violencia de los californianos.

Luego de algunos minutos de espera, donde se pudo observar corriendo a los plomos de acá para allá, SEPULTURA subió al escenario con un inmenso telón de fondo detrás que incluyó el logo de la banda y una muy linda ilustración de una pareja de indígenas que le puso colorido al escenario. Con la idea de celebrar los 40 años de existencia, y al mismo tiempo, despedirse de los escenarios, el inicio del show fue con la grabación de la canción “Policia” en la voz y música de la legendaria banda brasileña de punk TITAS. El tema, con claro contenido anti represivo tuvo una versión propia por SEPULTURA incluída, como bonus track, en “Chaos A.D.”. A partir de ese momento, estuvo presente como cierre o como comienzo en una gran cantidad de show de los brasileños, por lo que su presencia fue más que lógica. Luego, una especie de compilación que incluyó una detrás de otra, intros y comienzos de distintas canciones de la banda, en lo que fue un lindo guiño a la historia, la iluminación dejó ver a la banda sobre el escenario para empezar formalmente con “Refuse/Resist” y “Territory”, dos de los más grandes clásicos del grupo. El objetivo fue claro: introducir al público en el clima del show, algo que se logró rápidamente. El sonido fue claro y potente durante toda la noche, una característica que se sostuvo a lo largo de un set donde la participación del público fue intensa pero dispar. En las canciones de la época clásica de la banda (pre “Roots”), el público estuvo enganchado y activo; mientras que en el resto, lució expectante, más allá de algunos quienes también disfrutaron de las canciones.

Precisamente “Kairos” inauguró un largo segmento del show donde solo “Dusted” y “Attitude” (que sonaron juntas después de esta canción) trajeron al presente la presencia de “Roots” como referencia a la época más exitosa de la banda. Después de estas canciones fue Andreas Kisser quien tomó la palabra diciendo, entre otras cosas, que “Argentina es muy importante para SEPULTURA para luego agradecer el acompañamiento de los fanáticos por tanto tiempo, algo que repitió de distintas maneras a lo largo del show, convirtiéndose en el interlocutor principal a lo largo del set. Luego, canciones como “Means to an End”, “Guardians of Earth”, “False” o “Choke” dieron la pauta de los distintos subgéneros que SEPULTURA fue incorporando a su música a lo largo de los últimos veinticinco años. Más allá de que “Guardians…” fue una clara referencia a la tradición percusiva brasileña, las otras mostraron a la banda con estructuras más cercanas al groove, al new metal e incluso ciertos guiños a lo progresivo. Aquí Derrick Green pareció estar más cómodo, con fraseos más cercanos al hardcore, que dan cuenta de su origen musical. Más allá de que por lejos es el vocalista más longevo en la banda, el morocho estadounidense jamás estuvo cómodo con el material de la primera época del grupo, con canciones con estructuras mucho más cercanas al thrash y al death metal. Más allá de esto, su actuación fue correcta, sin descollar, algo que podría haber sido distinto teniendo en cuenta que más allá de su impresionante contextura física nunca fue alguien carismático. Eso tal vez le restó bastantes puntos a su desempeño.

Una furiosa versión de “Escape to the Void” que sonó algo rara desde lo vocal por las dificultades de Green a la hora de enrolarse dentro del thrash, contrastó con una linda versión de “Kaiowas” (un verdadero homenaje al folclore indígena brasilero) que incluyó a todos los integrantes de DEATH ANGEL en la percusión para redondear uno de los momentos que generó más aplausos de la noche. Luego, “Biotech Is Godzilla” con una versión algo más extrema que la original, tal vez para adaptarla a la voz de Derrick Green, sirvió para volver a la distorsión furiosa en uno de los momentos más festejados por el público.

En seguida, la presencia de “Agony Of Defeat”, una canción del muy buen último disco de la banda “Quadra”, en el medio de una seguidilla de canciones de la época clásica de la banda, fue una gran decisión, porque permitió el lucimiento instrumental de cada uno de los integrantes. Un Derrick en su momento más cómodo de la noche, se sostuvo en la solvencia de Paulo Jr. (que además hizo coros en canciones como “Choke”) y, en especial, en la tarea del jovencísimo Greyson Nekrutman quien reemplazó, intempestivamente al comienzo de la gira, a Eloy Casagrande por su supuesta partida a SLIPKNOT. El baterista, quien además de haber sido parte de SUICIDAL TENDENCIES tiene una formación jazzera, pudo en esta canción dar cuenta de su habilidad y precisión técnica, algo que trasladó a otras canciones más primitivas como “Troops Of Doom” incorporando arreglos, pero sin desarmar la estructura del tema. Su tarea fue correcta y estuvo a la altura de las exigencias, algo no menor dado el poco tiempo que tiene en la banda.

La precisión y agresividad de Andreas Kisser (sin exagerar, es el alma de SEPULTURA y fue quien recibió la mayor ovación de toda la noche) permitió que la banda genere dos brutales versiones de “Inner Self” y “Arise” donde los riffs encontraron la efectividad y velocidad para brillar y dar cuenta del valor histórico de las canciones con un público a esa altura, entregado a la idea de pogo y mosh pit permanente.

A la hora de los bises “Ratamahatta” cantada en su mayor parte por Andreas y con un increíble groove percusivo, dio paso a una extrema versión de “Roots Bloody Roots” dando por terminada, al menos oficialmente, la carrera de SEPULTURA en Argentina. Miradas emocionadas de Andreas y ovación para una de las bandas más queridas por los metaleros argentinos. La despedida estuvo acorde a una historia en la que las cosas no fueron fáciles pero que con tenacidad, Kisser logró que la banda siga existiendo. De él depende saber si esta muerte será definitiva. Por ahora tendremos el recuerdo de la única banda de metal sudamericano que logró estar en los más alto del mainstream mundial, lo que no es poco.

Texto: Carlos Noro
Fotos: Estanislao Aimar
Agradecemos a Marcela Scorca de Icarus Music por la acreditación al evento.
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