EKTOMORF “Vivid Black”

EKTOMORF está de regreso con un nuevo disco, el decimocuarto en su haber; que es un recorrido de más de veinte años donde lograron llevar su poderoso e incendiario groove metal con tintes de thrash y new metal, a muchos de los mejores escenarios del mundo. En esta ocasión, la banda húngara promete darnos el material más pesado y oscuro que han podido gestar. Este concepto surge del agobio sufrido por su líder, guitarrista y vocalista Zoltán Farkas quien, debido al aislamiento de la pandemia y las consecuentes pérdidas que la misma ocasionó, tuvo que lidiar con la depresión del confinamiento, mientras se tomaba su tiempo para procesar un interno ajuste de cuentas personal con todo y todos los que provocan odio y obligan a las personas a ser algo que no son y no quieren ser. Por mi parte, se siente muy gratificante poder escuchar que EKTOMORF volviera a su sonido particular, a la mejor época de “Outcast” (2006), por ejemplo, tras un polémico viaje netamente thrasher en su último disco “Reborn” (2021), pero que mantuvo apenas esa esencia que los húngaros cosecharon en estos años.

El loop en reversa de “I’m Your Last Hope (The Rope Around Your Neck)” sirve para generar una cierta tensión inicial, seguido de un murmullo iracundo que es un recurso muy utilizado por la banda en pasadas canciones, como masticando bronca para tomar impulso y lanzarse de lleno con la canción en una explosión de bronca y hartazgo, que se mantiene muy poderosamente con el siguiente corte, “Die”, de fuerte entrada y con vibras hardcore muy interesantes.

Dániel Szabó, el baterista acreditado para el presente disco, está sencillamente prendido fuego de principio a fin. Mención aparte para Szebasztián Simon en guitarra también y Csaba Zahorán en bajo, con labores óptimas pero no tan destacadas como en otras ocasiones. Es entonces cuando empiezan a aparecer las voces limpias que denotan ese momento de transición y quiebre del enojo hacia el dolor. A nivel personal, me resultan un poco incómodas las voces limpias que encontramos en “Never Be the Same Again” y en varios puntos del disco, al momento de expresar su desazón, así como también el sonido de la batería sola en los momentos más hardcore old school del disco; quizás siendo una mala elección sonora. Pero eso no le quita mucho mérito al disco, ya que en ningún momento se plantean transmitir bienestar, ni siquiera en “Fade Away”, que baja varios cambios para expresar el sufrimiento del vocalista y mantiene ese fuego encendido.

Antes de encarar hacia el final, hay algunos momentos interesantes desde la perspectiva auditiva que quisiera comentar; por ejemplo, en “You and Me” y “The Best of Me” tienen muchas reminiscencias a SLIPKNOT, en su etapa del disco homónimo y debut, donde los enmascarados de Iowa no escatimaban en canciones bien rápidas y caóticas, con un sonido crudo, voces coreadas en el estribillo y un riffeo que baja para apaciguar el ritmo, antes que Zoltàn Farkas comience a escupir veneno airosamente en repetidas ocasiones. También está el tema homónimo que es, por lejos, la canción más lúgubre del álbum, con una guitarra que se torna retorcida y psicodélica en las estrofas, que suenan al lamento de alguien desesperado y perdido. Por último, “REM”, que es una balada de death/doom con un poco del más oscuro KORN dando vueltas en la voz.

En resumidas cuentas, el mote de disco conceptual podría aplicarse tranquilamente, ya que el hilo conductor de los sentimientos negativos está presente de principio a fin, y se plasma de forma espléndida en lo musical. De mi parte, no es el mejor disco de la banda, pero sí uno muy interesante y que lo siento reivindicado de lo que fue “Reborn”.